HUMANOIDE VOLADOR

 


Muchos investigadores de los fenómenos aéreos anómalos, y todo lo relacionado con los mismos, sostienen que se deben estudiar a partir del año 1947; dejando de lado, por tanto, todo lo anterior a ese año. Lo que entra en contradicción con autores como Erich Von Daniken y Jagques Vallée, cuando afirman que los antiguos carros de fuego de los dioses o las apariciones y raptos en bosques y pantanos podrían ser el equivalente a los relatos de OVNIS actuales.

A lo que debemos añadir que autores como Luis Alfonso Gámez y Ricardo Campo han insistido en la gran importancia de los antecedentes históricos de los fenómenos aéreos anómalos.

Entiendo que, es el investigador de turno quien tiene que decidir si un suceso anterior a 1947 entra de lleno en los fenómenos aéreos anómalos. O, por el contrario, se debe de estudiar dentro de otras disciplinas como puede ser la parapsicología, la religión o las apariciones marianas.

El incidente del año 1935, que expondré ahora aquí es uno de ellos; mas, si tenemos presente las declaraciones del testigo.

Sobre las 19,30 horas del día 5 de abril de 1935, fecha estimada, el campesino Manuel Mora Ramos se encontraba trabajando en la finca “Haza-Ancha” en las proximidades de Aznalcazar (Sevilla). Es cuando observa a unos 450 metros un objeto grande y redondo brillante que desciende poco a poco hasta quedar suspendido a poca distancia del suelo. Parece que hay una serie de hombrecillos pequeños que revolotean a su alrededor.

Merece una mención en el libro El Fenómeno Aterrizaje (pág. 291), La Punta del Iceberg (pág. 58) y el Catalogo General del Fenómeno OVNI (Europa).

Intervienen distintos investigadores, entre ellos Manuel Osuna (año 1971) y Gabriel Wundennar (responsable del Catálogo General del Fenómeno Ovni - Europa) que por escrito me dice que el interés de los extraterrestres por estar allí ese día era una plaga de langostas que asolaba el sur de España. Plaga a la que la prensa hizo referencia en varias ocasiones; por ejemplo, ver ABC de Sevilla de fecha 03-05-1935.

Poco más se dice sobre el objeto y esos humanoides; no obstante, personalmente me quedo con las declaraciones del testigo que afirmaba que su experiencia era sobrenatural y una visión con la que Dios había querido premiarlo. Algo relacionado con la religión y lo divino; opinión que mantuvo hasta su muerte. Jamás lo asocio con fenómenos aéreos anómalos.

¿Encuentro con extraterrestres?, ¿experiencia religiosa?, ¿aparición mariana?, ¿algo paranormal?... Personalmente tengo todas mis opciones abiertas, aunque pienso que este caso nunca debió de entrar en catálogos ufológicos.

 

 


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