LLAMARADAS

 


Repasando algunos catálogos ufológicos he descubierto una serie de sucesos que no deberían estar en ellos. Son fenómenos que nada tienen que ver con los fenómenos aéreos anómalos y sí con la religión o el mundo paranormal, entre otras disciplinas. De algunos de ellos ya he hablado en la web de Andalucía Misteriosa (http://andaluciamisteriosa.es.tl ); de otros, solo he efectuado algún que otro comentario aislado.

El 16 de junio de 1945 en un cortijo del desierto de Almería la niña María Martínez Martínez es envuelta durante unos segundos en llamas; llamas que no queman. Poco tiempo después, y en el mismo cortijo, sale ardiendo el trigo verde, algunos capazos y el colchón y la ropa de la cama donde habitualmente dormía esa niña.

A lo largo de los siguientes días estos fenómenos se repiten en la zona hasta cien veces. La madre de uno de los testigos se da cuenta que sus piernas y pies se encuentra envueltos en llamas, hay vigas quemada, chozas donde se guarda ganado y paja, etc.

Cuatro Guardias Civiles al mando del Cabo Soto son los primeros en investigar estos incidentes; para poco tiempo después llegar a la zona algunos científicos, con el objetivo de averiguar que estaba pasando.

La prensa se hace eco de la noticia y desde entonces de vez en cuando alguien recuerda el suceso.

Actualmente nadie sabe a ciencia cierta lo que pasó durante esos días del mes de junio de 1945 en Laroya. Lo que está claro es que nada tiene que ver con la ufología y quizás si con el mundo paranormal o entra de lleno dentro de algún fenómeno de tipo atmosférico o físico.

Si partimos de las actuaciones de la Guardia Civil, lo publicado por la prensa y las gestiones efectuadas por esos científicos quizás podamos elaborar una hipótesis de trabajo objetiva y racional. Y quien sabe: puede que hoy en día aun se pueda localizar a algún testigo vivo a quien entrevistar.

 Estábamos ante llamas, que según los testigos parecían que se comportaban de forma inteligente y racional; y que no quemaba o producía heridas a los testigos.  Por último, del estudio de la documentación que obra en mi poder se desprende que existió mucha dejadez por parte de las autoridades. Parecía como si nadie quisiera saber nada. Solo interesaba tapar el asunto y que fuera olvidado cuanto antes.

Como estamos ante algo que puede ser para mucho macabro, al igual que el comportamiento y la dejadez antes indicada, utilicemos una calavera en llamas…


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